A partir del siglo XI, la iglesia construida en honor del Apóstol Santiago se convirtió en uno de los principales centros de peregrinación de la Cristiandad y dio origen al Camino de Santiago.
Por el Camino circulaban centenares de peregrinos y para atender sus necesidades se crearon hospederías, hospitales y una gran cantidad de iglesias. También surgieron núcleos fijos de artesanos y mercaderes, que contribuyen al florecimiento de las cuidades del Camino (Jaca, Estella, Pamplona, Logroño, Burgos, León, Santiago...).
La catedral de Santiago es un imponente edificio románico de planta de cruz latina y cabecera con girola, típica de las iglesias de peregrinación.
A los peregrinos, tras llegar a Santiago después de tan largo y penoso viaje, les llenaba de admiración la visión de las esculturas del Pórtico de la Gloria, cuya belleza parecía realmente trasladarlos a la morada divina.
Los peregrinos recorrían la catedral por uno de sus lados, hasta llegar a la girola, en cuyo espacio central se encontraba el sepulcro del Apóstol, y volvían a salir por el lado contrario.
La afluencia de visitantes a la catedral era tan grande que, al igual que en otros templos, fue habitual mantener un gran incesario en movimientos para purificar el ambiente, enrarecido por el olor de la muchedumbre. Éste fue el origen del conocido Botafumeiro compostelano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario